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Entrevistas y noticias sobre Maná

Maná cumplió al pie de la letra con sus fans

Anoche, en el Kempes. Ante 27 mil personas, dieron un show de un gran despliegue y plagado de hits de toda su carrera. Su gente, feliz.

Hay algo que une definitiva y profundamente a Maná con el público argentino. ¿Serán sus melodías de adhesión instantánea, sus letras sencillísimas –muchas por demás–, su aspecto de borrachines buena onda? Una mezcla de todo eso, seguramente. Pero las 27 mil personas que anoche coparon el estadio Mario Alberto Kempes corroboraron que aquí son un fenómeno. Con un gran despliegue escenográfico en el que sobresalían varias pantallas de leds y una impactante puesta de luces y proyecciones, el concierto empezó con Lluvia al corazón, el primer corte de su nuevo disco Drama y luz, excusa para salir a girar otra vez por el mundo. Oye mi amor y De pies a cabeza siguieron en la lista, como un guiño para los fans de la primera época. Después de Manda una señal y El espejo, llegó Vuela libre paloma, la canción que el cantante Fher Olvera le compuso a su madre, recientemente fallecida, “una mujer guerrera. Fue padre y madre a la vez. Se la dedico a “todos los que no están aquí y ya son una estrella”. Rayando el sol (una de las primeras canciones del grupo que pegaron en Argentina), Amor Clandestino, Mariposa traicionera, Latinoamérica (mientras en las pantallas se alternaban todas las banderas latinoamericanas con partes de la canción) y Corazón espinado, el hit que tuvieron junto al gran Carlos Santana le dieron continuidad al show. Aquí, claro, en lugar de Santana estuvo Sergio Vallín en la viola, un guitarrista prolijo y solvente. Además, en Me vale, subió a escena Santiago, un guitarrista cordobés elegido por un concurso para representar a músicos locales. Un baterazo. Está claro que desde lo musical el plus lo marca el enorme baterista Alex González, que con justicia es llamado “El Animal”. Dueño de un estilo avasallador y omnipresente a lo largo de la canción, hasta la cancherea con un abrumador solo que interrumpe brevemente para tomar un traguito de la típica cerveza. Promediando el show, los Maná sacan un as de la manga y hacen un segmento acústico en un pequeño escenario ubicado en el centro de la cancha, entre el público: Fher y Sergio cargan con sus acústicas para interpretar canciones como Se me olvidó otra vez y Eres mi religión. Luego, con el agregado de Alex y Juan Calleros (bajo), Fher eligió a una chica del público, Sofía –hincha de Instituto–, para cantarle Vivir sin aire. Al cierre de esta edición, se esperaban Déjame entrar, Clavado en un bar, Labios compartidos y En el muelle de San Blas, en un concierto que tuvo todos los ingredientes que los miles de seguidores cordobeses esperaban.